Saltar al contenido

Papas y extensiones para motivarse a hacer ejercicio

Motivarse a hacer ejercicio se dice fácil pero casi nunca lo es. 

Este contraste me interpela cada vez más. Como coach, tus motivaciones para hacer ejercicio son insuficientes al momento de guiar a alguien más. Y cada persona va tejiendo su propia relación con la actividad física, muchas veces sin reparar en los nudos. 

Trataré de explicarme con una metáfora: la maraña de cables de aquel cajón.

El cajón de la maraña de cables

Imagina una maraña de cables, tú necesitas el que te conectará al ejercicio, así que una vez que lo identificaste empiezas a jalarlo y la maraña se encoge, como si los otros cables te estuvieran desafiando, los nudos se tensan y algo similar sucede con tu frustración, te refugias en el escepticismo: 

  • ¿cómo voy a hacer ejercicio con todo el trabajo que tengo?
  • ¿cómo hacer ejercicio con esta lesión?
  • ¿para qué empezar a ejercitarme de pronto, a esta edad?

Entonces, tu determinación inicial empieza a titubear: quizás este cable ya ni sirva, he logrado vivir sin usarlo por años y no me va tan mal. De este modo, la necesidad de dar sentido a todas nuestras experiencias nos juega en contra pero, como la explicación nos cuadra, pues postergamos el cambio una vez más. Con algo de vergüenza, guardamos la maraña de cables para otro día. 

Con esta intriga llegué al concepto de “Entrevista Motivacional/Motivational Interviewing” (MI) que, a grandes rasgos, es una técnica de counseling que consiste en escuchar a la persona para ayudarle a encontrar sus propias motivaciones de cambio y resolver las ambivalencias que obstaculizan su disposición al cambio. Yo no soy psicólogo pero, como maestro, he tenido que aprender a escuchar mejor entrelíneas si quiero propiciar un vínculo de confianza. 

Dicho metafóricamente, cuando alguno de mis alumnos me da a entender que no hay enchufe para su voltaje, me aboco a acercarle papas y extensiones. Entre tanto, porque siempre estamos menos solos de lo que pensamos.  

Con lo anterior, no quiero decir que dicha técnica sea de mi dominio, no lo es ni pretendo que lo sea. La menciono como un referente para reiterar que el acompañamiento de un proceso siempre va más allá de lo evidente y el cómo interpretamos los contrastes entre expectativa y realidad, hace la diferencia cuando nos esforzamos en cambiar algo en nuestra vida.

La congruencia no está en los nudos que creemos ser

Como coach, creo que nos conviene más desconfiar de los objetivos arbitrarios y populares del mundo fitness. Por ejemplo:

  • La creencia de que cargar más pesado es prueba incontrovertible de progreso o 
  • que la apariencia es sinónimo de salud o
  • que alguien tiene derecho a humillarnos para motivarnos. 

Y nos conviene también, escuchar mejor las inquietudes y motivaciones de quienes nos confían su proceso de entrenamiento. 

Aquí, volviendo a la maraña de cables, considero que nuestra labor como guías es ayudar a cada persona a hilvanar sus motivaciones con la realidad: destacar sus logros, brindar contexto a sus expectativas y abrir espacios para los errores y el desconocimiento. 

Por ejemplo, una persona que va a mis clases tiene, entre sus motivaciones, ser un ejemplo de hábitos sanos para su hija pequeña. No hay score para esa motivación pero vaya que hay compromiso. En este sentido, considero que mi labor como coach no está en reprocharle cuando falta, sino en acercar herramientas que le permitan mantener su hábito de hacer ejercicio cuando yo no esté.

Es por esta razón que, cuando digo que mis motivaciones para hacer ejercicio son insuficientes al momento de guiar a otros, no estoy diciendo que no sean importantes o que no puedan inspirar a alguien más. Sino que la congruencia no está en resignarnos a los nudos que creemos ser, está en nuestra determinación para abrir el cajón, ventilar nuestras marañas y salir al mundo en busca de nuevas conexiones, el verdadero secreto para una individualidad fuerte, flexible y dispuesta.

Photo by Yan Bin Pang on Unsplash 

Deja un comentario